Durante
tres meses, el Palacio Real ha tenido expuestas las ropas
de nobles y reyes españoles cuyos cuerpos están
enterrados en el monasterio de las Huelgas, en Burgos.
Para los que no pudieron ir a ver las más de 40 piezas
expuestas, el Catálogo elaborado para esta ocasión
es una excelente recopilación de estudios monográficos
que permiten conocer la forma de vestir en el medievo
español
Tibialias
de Rodrigo Ximénez de Rada
Una
serie de coincidencias han hecho posible que durante los
últimos tres meses el Palacio Real acogiera en sus salas
de exposiciones temporales una representativa muestra de
los tejidos medievales que se conservan en el monasterio
de Santa María la Real de las Huelgas, en Burgos. Las más
de 40 piezas expuestas permiten obtener una visión de
conjunto de la forma de vestir de los nobles durante la
Edad Media. Para los que no hayan tenido oportunidad de
visitar esta exposición, merece la pena hacerse con el
Catálogo
en el que se recoge un estudio de cada una de las obras de
la muestra, así como varios monográficos sobre temas
relacionados con el material expuesto. La cuidada
colección de textos del Catálogo
comienza con la presentación de la Vicepresidenta del
Gobierno y del Duque de San Carlos, Presidente del Consejo
de Administración de Patrimonio Nacional, que explica que
«una exposición es la suma de muchas inquietudes al
servicio de una ilusión». Los estudios monográficos son
de gran interés. Don Joaquín Yarza, Comisario de la
exposición, dedica su monográfico a la relación entre
el monasterio y la realeza. Don José Carlos Valle analiza
la construcción del monasterio de las Huelgas, del que
proceden la mayor parte de las piezas de la muestra. María
Jesús Gómez se centra en el Panteón Real, donde se
encontraron las ricas vestiduras que han estado expuestas
en el Palacio Real. Doña Francesca Español presenta un
interesante informe de cómo se preparaban en la Edad
Media para la muerte. El comercio de telas es el tema
elegido por don Germán Navarro. Doña Amalia Descalzo
analiza el conjunto de piezas elegido para la exposición;
y doña Concha Herrero se centra en las colecciones
textiles de Patrimonio Nacional. Las ropas expuestas en
esta muestra se han recuperado del Panteón Real de las
Huelgas. En esta estancia del monasterio burgalés están
enterrados varios reyes y reinas, además de sus familias.
Son las vestiduras con las que se engalanaba a los muertos
para prepararlos para su último viaje. De ahí que las
prendas que se conservan sean Vestiduras
ricas,
término que daba título a la muestra recogida en el
Palacio Real. Son muchos los descubrimientos que se
hacen a lo largo de las páginas de este volumen, editado
con esmero y que cuenta con una extensa bibliografía, que
resultará imprescindible para cualquier persona que
quiera conocer más sobre el vestir en España a lo largo
de la Historia. Hay datos dignos de mencionar. La
exposición recoge piezas de entre el 1170 y el 1340. En
aquella época, las vestiduras de los hombres y las
mujeres eran prácticamente iguales, y se basaban en
diversas túnicas sencillas, cortadas en forma de T, y
ajustadas con cordeles o con cinturones. La única
diferencia entre el hombre y la mujer es que la mujer iba
vestida hasta los pies mientras que el hombre solía
enseñar las piernas. Para evitar el frío, se utilizaban
calzas que se enganchaban en una especie de ligueros que
pendían de la cintura. Los tejidos eran variados, aunque
lo más frecuente era el paño de lana. Sin embargo, ya se
elaboraban otras materias y, desde Oriente, llegaba con
frecuencia mercancía tejida en lana. El algodón y el
lino eran también frecuentes en la España medieval. Una
pieza típica de la península era la capa con una
abertura para introducir el brazo izquierdo. También
existía ya, en plena Edad Media, el albornoz, que era una
prenda habitual entre los musulmanes, «un tejido de lana
hecho con estambre muy retorcido y fuerte, a manera de
cordoncillo», y con el que se confeccionaba «una capa
con capucha». Y es que, aunque los ropajes que se
mostraron en el Palacio Real son de reyes de la
Reconquista, las influencias árabes y orientales se dejan
ver claramente en el vestir del momento. Esta
exposición ha sido un éxito rotundo y será,
posiblemente, la primera de muchas otras, puesto que, en
España, son poco habituales las muestras de tejidos
antiguos y, salvo algunas exposiciones de textiles, pocas
han sido las ocasiones en las que este tipo de reliquias
se han mostrado al público. María
S. Altaba
Escarpines
de doña Teresa Petri.
Cofia
de Fernando, infante de Castilla
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario